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¿Cómo cuidar la piel atópica y seca?

Table of contents

La piel atópica, también conocida como dermatitis atópica o eccema atópico, es una enfermedad crónica de la piel que se caracteriza por la inflamación y la sequedad de la piel. Es más común en niños, pero también puede afectar a adultos. 

Las personas con piel atópica tienden a tener una barrera cutánea defectuosa, lo que hace que la piel sea más propensa a la irritación y a las infecciones. Por eso es importante disminuir los síntomas y mantener la piel sana para evitar el rebrote de esta afección dermatológica.

¿Cuáles son los síntomas más comunes de la piel atópica y seca?

Entre los síntomas más comunes de la piel atópica se incluyen:

Picazón intensa

La picazón es uno de los síntomas más destacados y molestos. Puede ser grave y afectar significativamente la calidad de vida.

Piel seca

La piel atópica tiende a ser seca y áspera, y puede descamarse.

Enrojecimiento

La piel afectada a menudo presenta enrojecimiento, especialmente durante los brotes de la enfermedad.

Inflamación

La piel puede inflamarse, lo que contribuye a la sensación de incomodidad.

Lesiones cutáneas

Pueden aparecer pequeñas ampollas, costras o áreas de piel engrosada.

¿Cuáles son las causas de la piel atópica?

Entre los factores que contribuyen a la piel atópica se incluyen la genética, la función inmunológica, la exposición a alérgenos, la sequedad de la piel y factores ambientales. Como se trata de una enfermedad compleja y multifactorial, su origen no se comprende completamente. Sin embargo, varios factores pueden contribuir al desarrollo y exacerbación de la dermatitis atópica. Entre estos factores se incluyen los siguientes:

Genética

La predisposición genética desempeña un papel importante. Las personas con antecedentes familiares de enfermedades atópicas, como el eccema, el asma o la rinitis alérgica, tienen un mayor riesgo de desarrollar dermatitis atópica.

Disfunción inmunológica

Se cree que hay una respuesta inmunológica anormal en las personas con dermatitis atópica. El sistema inmunológico puede reaccionar de manera exagerada a sustancias inofensivas, desencadenando la inflamación y los síntomas característicos de la enfermedad.

Barrera cutánea defectuosa

La piel de las personas con dermatitis atópica tiende a tener una barrera cutánea defectuosa. Esto significa que la piel no retiene la humedad de manera efectiva y es más susceptible a la irritación y a la penetración de alérgenos y microorganismos.

Factores ambientales

La exposición a factores ambientales como el clima seco, el calor extremo o el frío, así como a irritantes químicos presentes en productos para el cuidado de la piel o detergentes, puede desencadenar o empeorar los síntomas de la dermatitis atópica.

Alérgenos

La exposición a alérgenos como polen, ácaros del polvo, pelo de animales y ciertos alimentos puede desencadenar brotes en algunas personas.

Estrés emocional

El estrés emocional y psicológico puede desencadenar o agravar los síntomas de la dermatitis atópica debido a que puede tener un impacto negativo en el sistema inmunológico y aumentar la susceptibilidad a los brotes.

Es importante señalar que estos factores pueden interactuar de manera compleja, y lo que desencadena la dermatitis atópica en una persona puede ser diferente de lo que afecta a otra. 

¿Cómo cuidar una piel con estas características?

Cuidar la piel atópica requiere una atención especial para mantenerla hidratada, reducir la irritación y prevenir los brotes. Aquí hay algunos consejos que pueden ayudarte a cuidar la piel atópica:

Hidratación regular

Usa cremas emolientes o ungüentos espesos para mantener la piel bien hidratada y ayudan a calmar la piel. Evita productos con fragancias fuertes o ingredientes irritantes.

Aplicar las cremas hidratantes inmediatamente después de ducharte o bañarte es esencial para retener la humedad. Puedes optar por productos que contengan glicerina, avena coloidal, manteca de karité, aceite de coco o jojoba, debido a la capacidad de hidratación que proveen.

Baños y duchas

Limita la duración de los baños y duchas, y utiliza agua tibia en lugar de caliente. Usa limpiadores suaves sin fragancias y evita los jabones que puedan resecar la piel. Sécate suavemente dando palmaditas en lugar de frotar con fuerza.

Evitar irritantes

Utiliza detergentes suaves y sin fragancias para lavar la ropa y las sábanas. Evita el contacto con productos químicos fuertes, como los presentes en algunos productos de limpieza doméstica.

Ropa y textiles

Prefiere ropa suave de algodón y evita telas ásperas o que puedan irritar la piel. Lava la ropa con detergentes hipoalergénicos.

Manejo del estrés

El estrés puede desencadenar brotes de dermatitis atópica. Practica técnicas de manejo del estrés, como la meditación, el yoga o la respiración profunda.

Evitar alérgenos conocidos

Identifica y evita los alérgenos que desencadenan los síntomas. Puede ser útil consultar a un alergólogo para pruebas específicas.

Cuidado en climas extremos

En climas secos, utiliza humidificadores para mantener la humedad en el ambiente. En climas fríos, protege la piel del viento y del frío con ropa adecuada.

Es importante señalar que cada persona puede reaccionar de manera diferente a los productos, incluso si tienen ingredientes considerados generalmente seguros. Es recomendable realizar pruebas de parche para asegurarte de que no sea abrasivo.

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