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Cómo cuidar una herida quirúrgica en casa

Table of contents

Saber cómo cuidar una herida quirúrgica en casa ayuda a evitar complicaciones y sanar de la mejor manera posible. Para entender los cuidados que se deben tener comenzamos explicando los diferentes tipos de heridas quirúrgicas y luego el paso a paso de cómo cuidar una herida quirúrgica en casa. 

Una herida quirúrgica es una lesión en la piel y los tejidos subyacentes que se produce durante un procedimiento quirúrgico. Estas heridas pueden variar en tamaño y profundidad dependiendo del tipo de cirugía y la técnica utilizada. 

¿Cómo sé qué tipo de herida tengo?

Existen tres tipos principales de heridas quirúrgicas:

Herida quirúrgica limpia

Este tipo de herida se caracteriza por ser una incisión en tejidos no infectados y sin inflamación. Se realiza bajo condiciones controladas y estériles, y tiene una menor probabilidad de complicaciones.

Herida quirúrgica limpia-contaminada

Estas heridas se producen en procedimientos en los que hay una apertura controlada de los tejidos, pero existe cierto riesgo de contaminación debido a la proximidad de estructuras anatómicas normales. A pesar de esto, se toman medidas para minimizar el riesgo de infección.

Herida Quirúrgica Contaminada

Se refiere a las heridas producidas en procedimientos en los que hay una lesión significativa a tejidos o vísceras con contenido bacteriano evidente, como cirugías de emergencia en las que hay inflamación aguda, trauma o ruptura de órganos internos.

Además de estos tres tipos principales, también existe una categoría llamada herida quirúrgica sucia o infectada, que implica la presencia de una infección clínica en el momento de la cirugía.

Es importante destacar que, en todos los casos, se deben tomar medidas adecuadas para prevenir infecciones y promover una cicatrización óptima de la herida. Esto incluye técnicas de asepsia y antisepsia, así como el uso de antibióticos en situaciones específicas. 

Paso a paso de cómo cuidar una herida quirúrgica en casa

El cuidado postoperatorio es fundamental para asegurar una recuperación sin complicaciones. Por eso es importante cuidar una herida quirúrgica en casa. De esta manera se previene infecciones y se promueve una cicatrización adecuada. A continuación, te proporciono un paso a paso general:

1. Supervisa que tienes los suministros necesarios. Generalmente son los siguientes:

  • Guantes desechables, si te ha recomendado el médico.

  • Gasas estériles.

  • Solución salina estéril.

  • Un paño limpio.

2. Lavado de manos

Antes de manipular la herida, lávate bien las manos con agua y jabón.

3. Retiro de apósito

Retira el apósito y limpia la herida suavemente con solución salina estéril para eliminar cualquier secreción o suciedad. Para ello puedes utilizar una gasa humedecida en solución salina. 

4. Seca suavemente alrededor de la herida con un paño limpio.

5. Coloca un nuevo apósito si el médico lo recomienda.

Estos pasos son generales, sigue las instrucciones del médico si ha hecho alguna sugerencia. La frecuencia de la limpieza y cambio del apósito generalmente se realiza diariamente, pero si te han indicado alguna observación diferente síguela al pie de la letra.

Tips sobre cómo curar una herida en casa

A continuación te contamos algunos consejos dados por los profesionales de la salud sobre cómo cuidar y curar las heridas.

Observación de signos de infección

Al limpiar la herida tienes que observar para detectar signos de infección, como enrojecimiento, inflamación, aumento del dolor o secreción maloliente. Si observas alguno de estos síntomas, comunica inmediatamente a tu médico.

Evita mojar la herida

Mantén la herida seca durante el tiempo recomendado por tu médico. Si es necesario, utiliza un recubrimiento impermeable para protegerla al ducharte.

No toques la herida con las manos desnudas

Trata de utilizar guantes desechables si te indican para limpiar la herida.

Evita actividades que puedan estresar la herida

Evita levantar objetos pesados o realizar movimientos bruscos que puedan poner tensión en la herida.

Sigue las instrucciones de medicación

Toma los medicamentos recetados por tu médico según las indicaciones.

Mantén una dieta equilibrada

Una dieta rica en nutrientes puede ayudar en el proceso de cicatrización.

Consulta a tu médico si tienes preguntas o preocupaciones

Si experimentas algún problema o tienes preguntas sobre el cuidado de la herida, no dudes en contactar a tu médico.

Recuerda que estos son consejos generales y que siempre es importante seguir las instrucciones específicas proporcionadas por tu cirujano o equipo médico. Siempre consulta a un profesional de la salud si tienes dudas o si observas signos de complicaciones.

¿Cuándo debes acudir al médico?

Debes acudir al médico inmediatamente si experimentas cualquiera de los siguientes síntomas o situaciones después de una cirugía:

Infección de la herida

Si notas que la herida se vuelve roja, caliente, inflamada o si hay pus o secreciones de mal olor, es mejor consultar con un profesional de la salud.

Aumento del dolor

El dolor debe ir disminuyendo a medida que pasa el tiempo. Si el dolor en la herida aumenta en lugar de disminuir con el tiempo o si se vuelve insoportable, es una razón para consultar de inmediato al médico.

Hemorragia

Si la herida sangra y no puedes detener la hemorragia después de aplicar presión durante un período de tiempo razonable tienes que consultar con un médico.

Cambios en el aspecto de la herida

Otra razón fundamental de consulta es si la herida se abre, se separa o si observas cualquier cambio significativo en su apariencia.

Fiebre

Si desarrollas fiebre alta, es decir, por encima de 38°C o 100.4°F es probable que se trate de una infección.

Enrojecimiento o inflamación

Cuando la piel alrededor de la herida se vuelve significativamente roja o inflamada tienes que consultar con un profesional de la salud, porque puede tratarse de una infección.

Drenaje anormal

Si la herida comienza a secretar fluidos distintos a un poco de sangre o líquido claro, tienes que consultar.

Sensación de ardor o picazón inusual

Tienes que estar atento a cualquier sensación anormal o molesta alrededor de la herida. Si es así, es mejor consultar.

Debilidad o mareo

Si experimentas una sensación de debilidad extrema o mareo que no mejora con el reposo, consulta con un profesional de la salud.

Cualquier otra preocupación o síntoma que te cause alarma

Si tienes cualquier otra inquietud sobre la herida o tu recuperación, es importante consultar a tu médico.

Recuerda que estas son pautas generales y no sustituyen el consejo de un profesional de la salud. Siempre sigue las instrucciones específicas de tu médico y no dudes en buscar atención médica si tienes alguna preocupación.

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