Primeros auxilios para niños
Los primeros auxilios para niños son las medidas y técnicas básicas que se aplican de manera inicial para brindar atención inmediata a niños que han sufrido un accidente o una enfermedad repentina hasta que llegue ayuda profesional o se traslade a un centro médico.
¿Qué objetivos tienen los primeros auxilios para niños?
Aprender los primeros auxilios es muy importante, especialmente si hay niños en la casa. A continuación, te contamos cuáles son los objetivos de aprender los primeros auxilios para niños.
Preservar la vida
El objetivo principal es priorizar la seguridad de la víctima y tomar medidas para evitar un mayor daño.
Evitar complicaciones
Al conocer los primeros auxilios se reduce el riesgo de complicaciones o de sufrir lesiones adicionales.
Promover la recuperación
Además, cuando uno sabe cómo ayudar, puede proporcionar un apoyo inicial necesario para promover el proceso de recuperación.
¿Cómo brindar primeros auxilios a un niño?
Brindar primeros auxilios a un niño implica algunas consideraciones adicionales debido a las diferencias fisiológicas y emocionales que presentan en comparación a los adultos. Aquí te proporcionamos una guía básica sobre cómo puedes hacerlo:
Mantén la calma y ponlo cómodo
Es muy importante mantener la calma y tranquilizar al niño. Tu tranquilidad ayudará a que el niño se sienta más seguro. Ofrece palabras de aliento y tranquilidad al niño. Si está frío, cúbrelo con una manta pero evita moverlo si no es necesario.
Evalúa la escena
Asegúrate de que la escena sea segura tanto para ti como para el niño. Si hay peligros inmediatos, como fuego o sustancias químicas, retira al niño de la zona de peligro para revisarlo en una zona más segura.
Verifica la respuesta
Intenta comunicarte con el niño. Si el niño está consciente, pregúntale su nombre y si se siente bien, además de si puede reconocer su alrededor.
Asegura la vía respiratoria
Si el niño está inconsciente, asegúrate de que la vía respiratoria esté despejada. Inclina suavemente la cabeza hacia atrás y levanta la barbilla para abrir las vías respiratorias.
Verifica la respiración
Observa si el pecho del niño se eleva y desciende. Escucha y siente si hay respiración. Si no hay respiración, inicia las compresiones torácicas y respiraciones de rescate (RCP).
Para un niño, se suelen utilizar técnicas ligeramente diferentes en comparación con los adultos. Las proporciones típicas son 30 compresiones seguidas de 2 respiraciones.
Controla hemorragias
Aplica presión directa sobre cualquier herida que esté sangrando. Usa un paño limpio o tu mano cubierta con guantes si los tienes.
Inmoviliza lesiones
Si sospechas una fractura o lesión en la columna, evita mover al niño y estabiliza la zona afectada.
Llama a los servicios de emergencia
Si no lo has hecho ya, llama al número de emergencia de tu país y proporciona detalles precisos sobre la situación. Cuando lleguen los profesionales de la salud, explícales lo que ocurrió y las medidas que has tomado.
Recuerda que es esencial que, en caso de una emergencia con un niño, se busque ayuda médica lo más rápido posible. También, si es posible, sigue las indicaciones de los profesionales de salud que te guíen por teléfono mientras esperas a la ayuda.
¿Qué debes evitar hacer en esa situación?
En caso de un accidente con un niño, es importante evitar ciertas acciones que podrían empeorar la situación o causar más daño.
Principalmente debes evitar entrar en pánico, si bien la situación puede resultar estresante debes intentar mantener la calma ya que el pánico puede dificultar la toma de decisiones adecuadas.
Intenta no mover al niño si no es necesario. Si no hay un peligro inmediato, como fuego o amenaza de colapso, es mejor no mover al niño para evitar posibles lesiones adicionales, especialmente si hay sospecha de lesión en la columna.
Si el niño tiene algún objeto incrustado en la piel, no intentes retirarlo, ya que podría empeorar la situación. Estabiliza el objeto y busca ayuda médica.
Evita darle al niño alimentos o líquidos si está inconsciente o tiene dificultad para tragar. Podría haber riesgo de aspiración o atragantamiento.
No administres medicamentos a menos que un profesional de la salud lo indique o esté dentro de tus capacidades como profesional de la salud.
No coloques hielo directamente sobre una herida abierta o área lesionada. Usa una bolsa o paño para envolverlo antes de aplicarlo.
Si el niño está involucrado en un accidente de tráfico y no hay peligro inmediato, no lo muevas hasta que llegue ayuda especializada, ya que podría haber lesiones internas no evidentes.
No intentes manipular o reducir una fractura o dislocación. Deja esta tarea a profesionales médicos ya que podrías causar daños mayores.
Evita el uso de torniquetes a menos que sea absolutamente necesario y no haya otra opción. Los torniquetes pueden causar daño adicional.
Evita colocar vendajes o gasas demasiado ajustadas que puedan restringir la respiración o el flujo sanguíneo.
Evita aplicar calor directo sobre una quemadura grave. Usa agua fría para enfriar la zona, pero no uses hielo.
Recuerda que es fundamental buscar ayuda médica lo más pronto posible en caso de un accidente con un niño y seguir las indicaciones de los profesionales de salud que te guíen por teléfono mientras esperas a la ayuda. Es fundamental estar capacitado y entrenado para brindar primeros auxilios de manera efectiva, ya que esto puede marcar la diferencia en la supervivencia y la recuperación de una persona que se encuentra en una situación de emergencia.
