La psicomotricidad en bebés se refiere al desarrollo y coordinación de las habilidades motoras y cognitivas durante los primeros años de vida. Esta disciplina se enfoca en el estudio de la interacción entre los aspectos físicos, conocidos como motor y psicológicos, denominados cognitivos y emocionales, en el proceso de desarrollo infantil.
La psicomotricidad busca comprender cómo los bebés adquieren habilidades motoras, exploran su entorno y desarrollan una comprensión del mundo que los rodea.
Entre los aspectos claves de la psicomotricidad en bebés se incluyen los siguientes:
La psicomotricidad se centra en el desarrollo de las habilidades motoras, como la capacidad de gatear, caminar, agarrar objetos y moverse de manera coordinada. Se observa cómo los bebés adquieren estas habilidades a medida que crecen.
Se presta atención a la coordinación entre las habilidades motoras gruesas (como gatear y caminar) y las habilidades motoras finas (como agarrar objetos con los dedos). La coordinación entre estas habilidades es esencial para el desarrollo de destrezas más complejas.
Los bebés exploran su entorno a través de movimientos, tocando objetos y manipulando objetos. La psicomotricidad estudia cómo esta exploración contribuye al desarrollo cognitivo y emocional del bebé.
La psicomotricidad también se centra en cómo el desarrollo motor afecta el desarrollo cognitivo y emocional de los bebés. La forma en que los bebés interactúan con su entorno físico influye en su desarrollo mental y emocional.
La estimulación adecuada y el juego son componentes importantes de la psicomotricidad en bebés. Los juegos y actividades que involucran movimiento y exploración ayudan a desarrollar habilidades motoras y cognitivas.
Como conclusión, la psicomotricidad en bebés es un enfoque interdisciplinario que considera la relación entre el desarrollo motor, cognitivo y emocional en los primeros años de vida. Ayuda a los profesionales de la salud, educadores y padres a comprender y fomentar un desarrollo saludable en los bebés a través de actividades y estímulos apropiados.
El desarrollo de la psicomotricidad en bebés varía según su edad. A continuación, te contamos los movimientos que el bebé va aprendiendo a lo largo de sus primeros 24 meses.
Los bebés recién nacidos tienen movimientos reflejos, como el reflejo de succión y el reflejo de prensión. Además de los siguientes:
En esta etapa, los bebés empiezan a controlar mejor la cabeza y el tronco cuando están boca arriba. Ya comienzan a realizar los siguientes movimientos:
A medida que van creciendo, los bebés pueden sentarse con apoyo y sostener objetos con ambas manos. Entre los movimientos que comienzan a hacer se encuentran los siguientes:
Durante este trimestre el bebé comienza a probar quedarse sentado sin apoyo. También comienza a sortear otros retos, tales como:
Al cumplir su primer añito, los bebés pueden caminar de forma independiente. Además de otros adelantos:
En los últimos meses antes de cumplir sus primeros dos añitos, el bebé puede comenzar a correr e intentar escaleras con apoyo. Acompañando estos movimientos con otros como los siguientes:
Esta mención de las etapas de psicomotricidad es simplemente una guía, pero hay que recordar que cada niño es único. Y, por lo tanto, su desarrollo puede ser muy saludable y no coincidir con estas etapas mencionadas. Si te preocupa algún comportamiento del bebé, consulta con un pediatra.
Existen diversas formas de ayudar a desarrollar la psicomotricidad en los bebés. Por ello te damos algunos consejos y actividades que pueden ser beneficiosos para un desarrollo saludable.
Colocar al bebé boca abajo durante periodos cortos mientras está despierto es importante para fortalecer los músculos del cuello, los hombros y la espalda. Esto también promueve el desarrollo de la coordinación y la habilidad de levantar la cabeza.
Fomenta la exploración y el control de las manos y pies del bebé. Coloca juguetes o objetos interesantes a su alcance para que pueda tocarlos, agarrarlos y chuparlos.
Sujeta al bebé suavemente por los tobillos y balancea sus piernas o brazos en el aire. Esto puede ser una experiencia divertida y ayuda a desarrollar la conciencia espacial y el control de movimientos.
Los masajes suaves pueden ser relajantes y estimulantes para el bebé. También pueden ayudar a mejorar la conciencia de su propio cuerpo.
La música y los sonidos pueden estimular la percepción auditiva y motivar al bebé a moverse. Bailar con el bebé o usar juguetes que produzcan sonidos puede ser beneficioso.
A medida que el bebé crece, es importante proporcionar tiempo boca arriba. Coloca juguetes atractivos en el campo visual del bebé para que se motive a levantar la cabeza y girarse.
A medida que el bebé crece, anímale a rodar, gatear y explorar su entorno. Proporciona un espacio seguro donde pueda moverse y descubrir por sí mismo.
Jugar con pelotas blandas o de textura interesante puede ayudar al bebé a mejorar la coordinación mano-ojo y las habilidades de agarre.
Exponer al bebé a diferentes texturas, olores y sabores, así como a entornos visuales variados, puede ayudar a desarrollar sus sentidos y habilidades motoras.
El contacto y la interacción con los cuidadores y otros bebés son fundamentales para el desarrollo de la psicomotricidad. Hablar, cantar y jugar juntos son formas efectivas de promover el desarrollo.
Con estos pequeños juegos y consejos de estimulación el bebé puede avanzar naturalmente en cada etapa. Ten presente que cada bebé es único y se desarrolla a su propio ritmo. Y, por ello, es importante respetar sus señales y necesidades. Además, siempre mantén un ambiente seguro y supervisado para el bebé, especialmente cuando esté realizando actividades que impliquen movimientos o manipulación de objetos. Si tienes preocupaciones sobre el desarrollo de tu bebé, es aconsejable consultar con un profesional de la salud infantil.