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Tratamiento tópico del acné

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El tratamiento tópico del acné implica el uso de productos que se aplican directamente sobre la piel para tratar los brotes de acné y prevenir su reaparición. El hecho de que sea tópico es una forma efectiva de administrar medicamentos porque permiten que el medicamento se concentre en un área específica sin afectar el resto del cuerpo.

¿Qué ingredientes se encuentran en un tratamiento tópico del acné?

La mayoría de productos tópicos que son efectivos para el tratamiento del acné suelen contener los siguientes componentes:

Peróxido de benzoílo

Es un compuesto químico antibacteriano que ayuda a matar las bacterias que causan el acné. También ayuda a reducir la inflamación porque tiene un efecto antiinflamatorio. Al mismo tiempo es un potente exfoliante, por lo tanto, elimina las células muertas de la piel, despejando los poros obstruidos.

Se utiliza generalmente en geles, cremas y lociones para el tratamiento del acné leve o moderado. La elección de la concentración adecuada depende del tipo de acné y la sensibilidad de la piel.

El peróxido de benzoílo se aplica directamente sobre la piel, generalmente una o dos veces al día, después de lavar y secar el rostro. Se recomienda comenzar con una concentración baja para minimizar la irritación y aumentar gradualmente si es necesario.

Como efecto secundario, el uso de peróxido de benzoílo puede causar sequedad, descamación, enrojecimiento e irritación en la piel. Estos efectos secundarios a menudo son temporales y pueden ser manejados con la hidratación adecuada y la reducción de la frecuencia de uso.

Además, como precaución, el peróxido de benzoílo puede blanquear la ropa y el cabello, así que ten cuidado al aplicarlo. También se debe evitar el contacto con los ojos, la boca y las membranas mucosas.

Ácido salicílico

El ácido salicílico es un beta-hidroxiácido (BHA) que actúa como un exfoliante químico. Tiene la capacidad de penetrar en los poros de la piel y eliminar las células muertas de la epidermis, lo que ayuda a destapar los poros obstruidos. Esto lo convierte en un agente eficaz para el tratamiento de afecciones de la piel como el acné, la queratosis pilaris y las verrugas.

Es un exfoliante suave que ayuda a destapar los poros, reducir la inflamación, destapar los poros y prevenir la formación de comedones, puntos negros o espinillas. Se encuentra comúnmente en limpiadores, tónicos y tratamientos en gel.

Ácido glicólico y ácido láctico

El ácido láctico se encuentra naturalmente en productos lácteos y es producido por la fermentación de azúcares. Es uno de los AHA más suaves y se utiliza en una variedad de productos de cuidado de la piel.

Como exfoliante es más suave porque disuelve suavemente las células muertas de la epidermis. Tiene un tamaño molecular ligeramente más grande que el ácido glicólico, lo que puede hacerlo más suave y adecuado para personas con piel sensible.

El ácido láctico es eficaz para mejorar la textura de la piel, desvanecer manchas y mejorar la apariencia de líneas finas y arrugas. También puede ser utilizado por personas con piel sensible o propensa a la sequedad.

Retinoides (retinol, tretinoína)

Los retinoides son derivados de la vitamina A que ayudan a prevenir la obstrucción de los poros y promueven la renovación celular. También pueden reducir la inflamación y se encuentran en cremas y geles recetados.

Retinol

Los dos retinoides más comunes son el retinol y la tretinoína. El retinol es menos potente que la tretinoína por ello lo podemos encontrar en productos de cuidado de la piel de venta libre.

El retinol se convierte en ácido retinoico una vez que se aplica en la piel. Ayuda a estimular la producción de colágeno, suavizar las líneas finas y las arrugas, mejorar la textura de la piel, y disminuir la aparición de manchas y daño solar.

Como efecto secundario, el uso de retinol puede causar sequedad, descamación, enrojecimiento y sensibilidad en la piel, especialmente al principio. Es importante usar protección solar durante el día, ya que la piel puede volverse más sensible a la radiación UV.

Tretinoína

La tretinoína es otro de los retinoides utilizados para el tratamiento del acné. es una forma más potente de ácido retinoico que generalmente se prescribe por un médico para tratar afecciones de la piel, como el acné y el envejecimiento de la piel.

El efecto de la tretinoína tiene una acción más intensa en comparación con el retinol. Ayuda a aumentar la renovación celular, disminuir las arrugas, mejorar la textura de la piel y reducir la aparición de manchas.

Sulfacetamida

La sulfacetamida es un agente antibiótico que se utiliza en medicamentos tópicos y oftálmicos. No contiene sodio o azufre. En productos tópicos, la sulfacetamida también se usa en cremas, lociones y geles tópicos para tratar afecciones de la piel, como el acné y la rosácea.

Al mismo tiempo es importante tener presente que la sulfacetamida es un medicamento y debe usarse de acuerdo con las indicaciones de un profesional de la salud. Dentro de los efectos secundarios se encuentra la posibilidad de desencadenar reacciones alérgicas.

Por estos motivos es importante seguir las instrucciones y advertencias del producto y consultar a un médico si experimentas efectos secundarios adversos.

Niacinamida

Este es un ingrediente antiinflamatorio y antioxidante que puede ayudar a calmar la piel y reducir la inflamación asociada con el acné. La niacinamida puede aumentar la producción de ceramidas, que son lípidos que ayudan a mantener la barrera de la piel y la retención de humedad. Esto contribuye a una piel más hidratada y suave.

En el tratamiento del acné, la niacinamida puede ayudar a regular la producción de sebo, reducir la inflamación y prevenir la formación de espinillas, lo que la hace útil en productos para el acné.

Además reduce la hiperpigmentación, como las manchas oscuras y las cicatrices de acné, al inhibir la transferencia de melanina a la superficie de la piel.

Agentes antiinflamatorios naturales

Algunos productos naturales como el té verde, el aloe vera y el aceite del árbol de té pueden tener propiedades antiinflamatorias y antibacterianas que pueden ser beneficiosas para el acné.

¿Por qué elegir un tratamiento tópico para el acné?

Acción localizada

Los tratamientos tópicos se aplican directamente sobre la piel afectada por el acné. Esto significa que el medicamento actúa directamente en el sitio donde se encuentra el problema, lo que puede ser más efectivo para tratar los brotes de acné y prevenir su reaparición.

Menos efectos secundarios sistémicos

En comparación con los tratamientos orales (como los antibióticos), los tratamientos tópicos tienden a tener menos efectos secundarios sistémicos (que afectan a todo el cuerpo). Esto es porque la absorción a través de la piel es limitada en comparación con la absorción a través del sistema digestivo.

Menor interferencia con otros medicamentos

Los tratamientos tópicos para el acné generalmente tienen menos interacciones con otros medicamentos que los tratamientos orales. Esto hace que sean una opción más segura y conveniente en términos de compatibilidad con otros tratamientos o medicamentos que una persona pueda estar tomando.

Reducción de la inflamación y bacterias

Muchos tratamientos tópicos para el acné contienen ingredientes que reducen la inflamación y matan las bacterias que contribuyen al desarrollo del acné.

Opciones disponibles de venta libre sin receta

Muchos tratamientos tópicos para el acné están disponibles sin necesidad de receta médica, lo que hace que sean más accesibles para muchas personas.

Alternativa o complemento a los tratamientos orales

Para casos leves a moderados de acné, los tratamientos tópicos a menudo son la primera línea de defensa. Incluso en casos más severos, los tratamientos tópicos pueden utilizarse junto con tratamientos orales para mejorar los resultados.

Puede ser parte de una rutina de cuidado de la piel

Los tratamientos tópicos para el acné pueden formar parte de una rutina de cuidado de la piel que incluye limpieza, exfoliación y protección solar.

Es importante recordar que cada persona tiene una piel diferente, por lo que lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra. Además, que la efectividad de un tratamiento tópico puede variar según el tipo y la gravedad del acné, así como la sensibilidad de la piel de cada individuo.

Si el acné es severo o persistente, es recomendable consultar a un dermatólogo. Ellos pueden recetar tratamientos tópicos más fuertes o considerar otras opciones como tratamientos orales, procedimientos médicos o terapias láser, dependiendo de la gravedad del caso.

 

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